Por Patricia Martino
Fuente: agrovisionprofesional.com.ar
La experiencia de la comuna de Maggiolo. En la localidad se creó una tasa municipal rural que contempla el índice verde de cada campo. Se premia al productor que genera un consumo mayor de agua, y un excedente menor. La clave es evitar que el agua llegue a los caminos y mejorar su conservación.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Esta frase de Albert Einstein motiva a iniciar un camino que no siempre es fácil: el del cambio. La comuna de Maggiolo, localidad ubicada al suroeste de la provincia de Santa Fe, comenzó a hacer las cosas de forma diferente y puso en marcha una nueva política sobre caminos rurales sustentables. Para emprender el camino del cambio sancionó una ordenanza que define el importe de la tasa municipal rural según el índice verde de cada campo. Mejores prácticas, menos tasa. Mejores prácticas, mejores caminos.
Es que la erosión hídrica y las prácticas agropecuarias que se afianzaron en la actividad agrícola se han convertido en un problema serio para la red de camino en buena parte de la zona núcleo, un gran porcentaje como consecuencia de las mayores lluvias asociadas al cambio climático, pero también por malas prácticas de conservación de los suelos.
Con la idea de rediseñar la red de caminos rurales en función de un nuevo escenario marcado por la variabilidad climática y la erosión del suelo, sin lugar a duda la implementación de un sistema integral que tenga en cuenta aspectos como el control de la erosión basado en la cobertura vegetal y natural es la mejor solución. En Maggiolo comenzaron una política de caminos verdes, acondicionando los caminos rurales a través de un manejo sustentable. Y como la clave del problema es el agua que derrama de los campos a los caminos se desarrolló un cobro de tasa diferencial según el índice verde de cada campo. Se premia o bonifica al productor que genere un consumo mayor de agua y un excedente menor de agua para evitar que el impacto en los caminos.
La nueva propuesta de Maggiolo de ordenamiento del territorio abordado desde un lugar más técnico, agronómico, es impulsada por su presidente comunal Luis Valerio y cuenta con el apoyo y desarrollo del proyecto de los ingenieros agrónomos Mario Monti (Mat. 82-4-0063), Fernando Rosell( Mat. 82-4-0112) y Ricardo Pozzi (Mat. 82-4-0124).
Valerio explicó que a comienzos de 2013 hubo grandes anegamientos de campos y caminos y ya nada fue lo que era. “Empezamos a estudiar la cuenca de Maggiolo y se hizo un acuerdo con la Universidad Nacional de Rosario para analizar las correntadas superficiales en calles y caminos rurales”, explicó el presidente comunal, quien conoce a fondo la realidad de la región ya que hace casi 12 años que está al frente de la comuna, este año termina su gestión.
Realizar un mantenimiento y conservación de los caminos rurales se basa en la no remoción, el empastado, un ancho de calzada lo más estrecho posible y en la captación del agua en origen, es decir en el campo y ahí entra a jugar un rol fundamental el ingeniero agrónomo y las recomendaciones que pueda realizar en cada establecimiento agropecuario. Cortes oportunos de pasto, en cunetas y banquinas, con la cantidad de pasto para retener agua, correcciones puntuales de huellas y el agregado de materiales para la estabilización de baches y bajos prioritarios son algunas de las soluciones que ya se están implementando en Maggiolo.
La tasa diferencial rural que puso en marcha la comuna premia o bonifica al productor que genere un consumo mayor de agua y un excedente menor de agua para evitar que llegue a los caminos. A modo de ejemplo, Monti explicó que hay una relación entre campo productivo y camino en cuanto a superficie de 50/60 a uno. “Si te sobra un centímetros de agua en el campo y corre al camino, vas a tener 50 cm en el camino”, subrayó.
Una porción de todos los problemas de inundación se deben al cambio climático, al incremento de lluvias torrenciales. “Deberíamos ir amoldando los sistemas de producción a ese nuevo escenario para mitigar el impacto de los fenómenos meteorológicos y eso implica cambios en el sistema de producción, pero no dejar de hacer agricultura que es lo que se hace, sino en el modo en qué se hace y empezar a incluir cuestiones como la sistematización del suelo, forestación para morigerar escurrimientos, cultivos de cobertura, usar con mayor frecuencia las previsiones climáticas y amoldar los usos del suelo en función de esas previsiones. Si venís con previsión de año húmedo aumentá el nivel de cultivo de cobertura, los doble cultivos”, explicó Monti.
Con años de experiencia bajo el brazo, el ingeniero agrónomo señaló que siempre las soluciones para acondicionar los caminos rurales se las busca en la ingeniería civil, a través de obras hidráulicas. Sin embargo, apuntó al rol de los ingenieros agrónomos ya que “el excedente hídrico surge desde los campos.
“Pretendemos que el colega profesional abra la cabeza y no miremos solo la isoca, la maleza y el agroquímico que controla. Si no que miremos al sistema y al territorio como una cosa integral”, subrayó Monti.
Cuando hay exceso de agua en un territorio hay conflictividad entre el sector privado y el Estado, ya queel sector privado demanda obras rápidas que el Estado no puede resolver en una situación de crisis, de inundación o anegamiento. Monti explicó que el proyecto que se puso en marcha es bajo una perspectiva de trabajo cooperativo, “un ordenamiento del territorio donde el impacto de la actividad privada debe minimizarse y el Estado debe hacer lo que tiene que hacer para resolver los problemas”. Cada uno pone su parte.
Monti recordó que durante el desarrollo del proyecto conocieron al ingeniero agrónomo Daniel Costa y al ingeniero civil Carlos Casali que trabajaban en la conservación de los caminos rurales bajo una propuesta de caminos sustentables y ahí cerró todo. “Ellos trabajan del alambrado al camino y nosotros del alambrado al interior y ahí logramos un impacto mayor de lo que estábamos planteando”, señaló el ingeniero agrónomo que conformó RPM Consultores junto a Rosselo y Pozzi.
Maggiolo, que cuenta con unos 2 mil habitantes, es una comuna muy interesada en las cuestiones medioambientales, participa en la red de municipios y comunas para mitigar el cambio climático y cuenta con diferentes propuestas vinculadas al medio ambiente, entre ellas el desarrollo de un vivero forestal que complementa perfectamente todo el trabajo que se comenzó a desarrollar en los caminos rurales. Una gran alegría tuvieron en la comuna con el proyecto “Maggiolo Saludable”, que estimula la buena alimentación de las personas. Fue reconocido internacionalmente por el Global Covenant of Mayors for Climate & Energy.
Fernando Rossel es el coordinador del vivero municipal y contó algunos detalles de cómo están trabajando en este espacio que en poco tiempo fue reacondicionado -antes había un depósito de automóviles- y hoy es un lugar clave de la comuna. “El vivero se creó cuando empezamos con el estudio de ordenamiento territorial con la intención de proveer a los productores que quieran hacer plantaciones, como bombas biológicas de agua, en lugares estratégicos. La idea es utilizar los árboles para absorber el agua, para no hacer canales, que no funcionan y no sirven. Consumir aguas en lote, en las partes altas, hacer barreras forestales”, detalló el ingeniero agrónomo al tiempo que contó que están cultivando sauces, álamos, algarrobos y ahora incorporaron especies nativas para diseñar un jardín botánico en el pueblo.
Se buscará promover la forestación y se va a ofrecer sobre todo la plantación de cortinas que defiendan los caminos. Las plantaciones de árboles son unas de las recomendaciones para lograr que el agua que no se absorbe en los campos no llegue a los caminos. La comuna de Maggiolo ofrece las plantas a un precio diferencial para los productores agropecuarios que se sumen a la propuesta.
Monti mencionó que tradicionalmente la conservación de los caminos se hace con motoniveladora para borrar huellas, pero esta técnica empeora la situación en el largo plazo. Así se va erosionando un metro o dos metros por debajo del suelo natural y son naturalmente colectores de agua. En cambio en Maggiolo ahora se trabaja de una forma diferente.
La realidad de la región
El ingeniero agrónomo mencionó cómo fue cambiando el territorio en Maggiolo. En los años 80 tenía unas mil hectáreas de lagunas, mientras que hoy tiene más de 8.000 hectáreas de lagunas. Se incrementó por 8 la cantidad de lagunas y la napa freática que estaba por debajo de los 12 metros, hoy está a dos o tres metros y cuando viene temporada de lluvia en otoño en muchos casos llega a nivel de superficie. “El agua excedente se metió en el suelo. Fue bueno porque generó una estabilidad de rendimiento, cuando tenés años de sequía la napa al estar cerca de las raíces de algún modo logra mitigar el impacto de la sequía. Pero cuando tenés exceso de agua no tenés donde poner ese exceso de agua. Maggiolo perdió 7u 8 mil hectáreas de suelo productivo porque se llenó de agua. Además, cuando hay excedentes se exacerban más y van a parar a los caminos”, relató Monti.
En los últimos 40 años en Maggiolo se incrementó la lluvia por el cambio climático. Se registró una suba de 1.8 milímetros por año, es decir que el promedio de lluvia aumentó 60/70 milímetros. “Es real que cambió la torrencialidad de las lluvias y eso genera un impacto, es descriptivo, y lleva a la necesidad de tenerlo en cuenta también. Pero no aumentó tanto el volumen de agua como la torrencialidad de la tormenta. Eso es lo que pasó con el cambio climático en nuestra región”, precisó Monti.
En términos de balance hídrico, el agua que cae y la que se consume disminuyó muchísimo el consumo por un cambio del uso del suelo. “En los 80 teníamos un régimen de pastura muy superior y había una diversidad de cultivo mayor y mayor actividad ganadera. Hoy la pastura prácticamente desapareció y los cultivos agrícolas mayoritariamente son anuales, soja y maíz, sin cultivo de cobertura, no hay consumo de agua en invierno y es baja la relación de doble cultivo. No hay sistematización de suelos, no se hacen cultivos de contorno, no se hacen curvas de nivel, no hay terrazas. Tenemos muy bajo consumo de agua”, detalló el ingeniero agrónomo.
Esta situación llevó a que el balance hídrico se multiplicara, respecto de cómo fue cambiando el uso del suelo representó 8,5 mililitros de agua por año, mientras que el impacto del cambio climático fue de 1,8 milímetros. “Eso se resuelve con manejo agronómico, como profesionales empecemos a entender el problema y a involucrar al productor para generar sistemas que consuman un poco más de agua, que al menos la retengan, que es más fácil retenerla en donde cae que amontonarla en un lugar”, consideró Monti al tiempo que señaló que en nuestra región, la Pampa Lagunera, el agua va a las lagunas, no a arroyos o ríos.
Como el impacto del uso del suelo es muy importante se generó un sistema de compensaciones para que el tema se vea y el productor intervenga un poco mejor. En ese sentido, Monti ejemplificó la situación como lo que ocurre en un edificio, que tiene áreas comunes y departamentos. “En tu departamento no podes hacer lo que querés, sí pintarlo como quieras pero no tirar cosas por la ventana o al palier. Los caminos son las áreas comunes, y se tira el agua. El concepto es tirá menos agua y te bonifico la tasa. Si tiras más agua, te cobró más porque tengo que limpiar”, relató sobre la propuesta que también contempló el desarrollo de una aplicación -Secas- para que los productores agropecuarios puedan informar rápidamente el lugar exacto en que está afectado un camino y así el municipio puede intervenir inmediatamente.
A partir del desarrollo de un índice verde se creó una la tasa diferencial para unidad catastral rural. El dinero que se recauda va al mantenimiento y conservación de caminos, que se maneja con el concepto de caminos sustentables. “En la medida que se ahorre en los gastos de la maquinaria, de moto niveladoras y en combustibles se puede volcar piedra en los caminos, se van a consolidar los caminos y serán cada vez mejores. Este primer año será de corrección de escurrimientos, de que los escurrimientos naturales impacten los menos posible en el camino y consolidar los puntos más críticos, luego el mantenimiento va a ser mínimo y se irá optimizando”, relató sobre el destino de los fondos de la tasa rural que comenzó a cobrarse en la segunda cuota anual del 2021 y se renovará a comienzos de cada año tomando en cuenta las imágenes satelitales que se releven el año anterior, es decir que lo que se hizo en 2020 definió el valor de la tasa 2021.
El que hace soja seguramente seguirá haciendo soja, pero tal vez haga trigo-soja o un cultivo de cobertura. Así, mejora la relación del índice verde e impacta menos en la tasa. “La tasa empieza a cumplir la función de incentivar las buenas prácticas, no queremos cobrar más tasa, queremos que tiren menos agua en el camino”, relató Valerio al tiempo de aclaró que muchos campos que tenían lagunas dejan de pagar por esa superficie .
Monti explicó que tras el trabajo con imágenes satelitales se detectó la superficie de lagunas y se las catalogó como servicio ambiental, por ser áreas que recogen los excedentes hídricos del distrito. “Esto es algo inédito”, destacó.
El intendente de Maggiolo tiene grandes expectativas por la puesta en marcha de la nueva tasa rural, la solución a los problemas hídricos en los caminos rurales es posible. Seguramente llevará un tiempo que los productores agropecuarios puedan comprender el verdadero valor de esta nueva propuesta, que entiendan que es por una mejora real para sus establecimientos agropecuarios, pero el plus por transitar caminos sin dificultades rápidamente será una realidad.