Fuente: lanacion.com.ar
Con el objetivo de que se pueda transitar por caminos rurales estabilizados, bajo cualquier condición climática, la provincia de Santa Fe implementó en varias localidades una manera distinta de acondicionar dichos caminos, a través de un manejo sustentable.
Para el ingeniero civil Carlos Casali, de la Dirección Vialidad santafesina e impulsor de la propuesta, la iniciativa tiene como eje, además del borrado de huellas, repaso y reconstrucción, «que es lo que se viene haciendo en los caminos rurales desde hace décadas», el desmalezado, desbosque, destronque y estabilizado de huellas y baches con escoria o material pétreo. «Los trabajos hasta ahora llamados obras complementarias, como desmalezado y estabilizado de huellas y baches, deben ser considerados trabajos principales», señaló.
Según datos de la provincia, existen unos 60.000 kilómetros de caminos rurales, de los cuales sólo 11.000 kilómetros corresponden a la provincia y el resto son comunales o municipales.
Fue así que Casali, junto a un grupo de expertos, en 2018 propuso aplicar en cinco departamentos, unos 1100 kilómetros, un manejo sustentable en esos tramos provinciales. Sin embargo, al tiempo varios municipios siguieron su iniciativa en caminos de jurisdicción local.
«Hay una gran respuesta en los caminos que implementamos ese manejo. El cambio que se ha logrado, en menos de dos años, fue importante. Se pasó de tener caminos pelados, con suelos desnudos, a tenerlos con cobertura vegetal y banquinas y cunetas empastadas, disminuyendo notablemente las erosiones hídricas y eólicas, que evitará que se sigan deprimiendo tan rápidamente», indicó.
La sustentabilidad como eje
El sistema propuesto se sustenta en la compactación y estabilización de las calzadas y banquinas incorporando materiales pétreos o escorias y cortes de pasto en banquinas y cunetas, donde la no remoción de los suelos es fundamental.
Para el funcionario, el manejo vigente para mantener los caminos rurales es la única obra de mantenimiento que no implica el agregado de materiales: se saca suelo de las cunetas de los mismos caminos para arreglarlos. «A nadie se le ocurre, por ejemplo, rascar los materiales de una pared de una casa para arreglar otra, se traen nuevos materiales», sostuvo.
Casili explicó que la transitabilidad está relacionada directamente con la no remoción, el empaste de banquinas y el agregado de materiales o sea estabilizado de calzadas.
Con este escenario, dicho manejo disminuye gastos en equipos viales como así también en sus reparaciones, en combustibles y se incorpora la cortadora de pasto como herramienta esencial, más económica. «Con la diferencia de costos que ahorramos, adquirimos materiales (piedras, escorias, etc.) para ir estabilizando las calzadas en zonas bajas», concluyó