Trabajo presentado en el V Congreso Argentino de Caminos Rurales, AAC Paraná 2024

Poster

Autor: Ing. Agr. Daniel Juan Costa (MPP) (AACRuS)

Argentina, está al revés del mundo, al menos en los siguientes aspectos; primero, porque tenemos desproporcionadamente caminos anchos de calzada natural (tipo autovías) en la ruralidad con relativo bajo tránsito y rutas pavimentadas relativamente angostas donde está la demanda; segundo, cuando en bajísima proporción, se estabilizan con pétreos, por lo general, se cubre el ancho de camino de calzada natural, sin considerar la intensidad del tránsito, tercero; en vez de gestionar para tender a lograr transitabilidad todo el año, objetivo central para estimular arraigo, inversiones etc, ante diferentes episodios de lluvias “normales” actuamos a la defensiva, prohibiendo o limitando significativamente el tránsito sin ofrecer opciones de desvíos; al revés del mundo; cuarto, lejos lo más grave, es que utilizamos suelo sistemáticamente de las veredas (espacios entre los alambrados y cunetas), también de las mismas, para reposición, en vez de recurrir -como el resto del mundo- a las canteras con pétreos, sedimentos de arenas gruesas en ríos, escorias, etc.

En cuanto al «mucho más» del título, refiere a que no tenemos en cuenta principios elementales concernientes al manejo de suelos y sus efectos en zonas de caminos de calzada natural, pero sí -hasta cierto punto- considerados en la gestión de caminos estabilizados con pétreos y manejo de territorios con fines productivos (tranqueras adentro). En el mismo sentido, carece por completo -la gestión de los últimos 60 años- de evaluaciones de impacto ambiental. Puesto en otras palabras, el territorio (zona de camino) de aproximadamente 1.000.000 de hectáreas afectadas, constituye un “punto ciego” en los aspectos considerados en el mucho más.